El manual del fotógrafo viajero
Muy probablemente te reconocerás en la siguiente escena. Después de tus vacaciones, sobre todo en las primeras jornadas tras una escapada, experimentas un doble sentimiento. Por una parte, tienes en mente la alegría que acaba de suponer el romper con tu rutina diaria. Pero, por otra, te resulta imposible sacar de tu cabeza la idea de no poder regresar, posiblemente, a esos lugares que te encandilan en cada salida.
De hecho, cada uno de nuestros viajes acaba convirtiéndose en un retazo de nuestra historia de vida y, como tal, nos gusta recordarlos con buen sabor de boca. Fotografiar rincones, pueblos, paisajes, escenas que llaman tu atención o pequeños detalles son el modo más eficaz de inmortalizar todos esos momentos.
Los 10 consejos Muchosol
- En primer lugar, piensa en qué equipo de fotografía vas a llevarte. Además del propio cuerpo de la cámara, no escatimes en baterías, cargadores y algún convertidor de corriente. Un pequeño trípode y un flash, así como lentes versátiles, te serán también de gran ayuda.
- Si se trata de grandes distancias, evita facturar tu equipo. Infórmate exactamente de qué y cuánto puedes incluir en tu equipaje de mano con cada compañía. Si finalmente debes optar por la facturación, toma todas las precauciones posibles y protege cada una de tus piezas.
- Prevé posibles robos mediante el empleo de elementos específicos de seguridad como un cable metálico que proteja las cremalleras, por ejemplo.
- A continuación, si aún estás a tiempo opta por un destino fotogénico. En caso de que el plan esté ya decidido, tómate unos minutos para informarte de qué puntos del paraje escogido tienen más méritos a la hora de captarlos con tu cámara.
- En tu destino, trata de alejarte de las aglomeraciones. Los espacios más visitados no siempre son los más atractivos en términos fotográficos.
- No pierdas los instantes más mágicos por estar durmiendo: amaneceres y atardeceres suelen regalar instantáneas muy difíciles de igualar a otra hora del día. Aquí te dejamos algunos consejos para fotografiar atardeceres.
- Abre tu mente. Evidentemente, panorámicas y paisajes son dos modelos imprescindibles en tus encuadres pero, ¿has pensado en llevarte una imagen de cada uno de los platos típicos de las zonas que visitas o algún retrato de la población de cada región?
- Ponte a prueba. Estás de vacaciones y tienes el tiempo del que no gozas en tu día a día. Es el momento oportuno para buscar nuevos enfoques.
- Haz constantes copias de seguridad.
- Y, finalmente, ¡no olvides una mochila cómoda que libere tus brazos de ataduras!
En definitiva, anótate a este “top ten” y tus viajes siempre formarán parte de tu vida. Serán un pasado continuamente presente y muy fácil de revivir.
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