Si por algo es conocida Valencia, además de por sus famosísimas Fallas, es por su característico clima cálido y su gastronomía. La ciudad de Valencia mezcla, de una forma increíblemente elegante, la modernidad y la tradición en sus calles y edificios y ofrece al visitante una serie de actividades tan variadas como adaptadas a todo tipo de bolsillos. Además, Valencia es también un destino ideal para visitar tanto en pareja, como con amigos, como con niños.
Pero, como buenos viajeros, antes de llegar a una ciudad nueva es mejor saber algo de ella, ¿verdad? Por eso en Muchosol hemos pensado en dejaros algunos detalles—buenos y malos—que os ayudarán a conocer la ciudad antes de llegar.
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1. Gastronomía
Como todo el levante español, la gastronomía valenciana se caracteriza por ser variada y sobre todo mediterránea. En la ciudad de Valencia os encontraréis con auténticos manjares para tentar al paladar: paellas, fideuas y diferentes tipos de mariscos y pescados de la zona, cocinados como solo los valencianos saben. No os arrepentiréis de dejaros embaucar por los riquísimos platos que se cocinan en Valencia desde hace siglos. En serio, están buenísimos. Además, la huerta valenciana provee de productos naturales tan propios de esta tierra como las naranjas y la chufa, de la cual se extrae la famosa horchata.
2. Arquitectura e historia
La ciudad tiene una rica historia, un pasado lleno de gestas y de momentos para el recuerdo que ha dejado su reflejo en la arquitectura de la ciudad. El modernismo valenciano, que se puede ver en edificios como el Mercado Central o la Lonja de la Seda, uno frente al otro, o en las preciosas casas del barrio del Cabanyal, es solo un ejemplo de esta mezcolanza. En la punta opuesta se encuentran los modernos, y casi espaciales, edificios que forman la Ciudad de las Artes y las Ciencias, parada obligada para los amantes de la arquitectura y los museos. Si hubiese que definir la arquitectura valenciana en una palabra, esa sería «ecléctica», pues se pasa de lo medieval a lo vanguardista en lo que dura un paseo.
3. Clima cálido y estable
Vale, ya sabemos que recurrir al clima es tópico y típico, pero, ¡es que es verdad! Si hay algo que destacar del clima de Valencia es que es la definición pura del clima mediterráneo: inviernos suaves (de los de no bajarse el plumas del altillo), temporada de lluvias -en otoño y primavera- poco agresiva y veranos cálidos. Todo esto se traduce en que a partir de primavera podréis disfrutar de días largos en las terrazas, tomar algo y ver como el sol va cayendo, poco a poco, y dejando paso casi sin daros cuenta a una noche templada. Sí, el clima de Valencia es una maravilla. Hacer turismo con las condiciones de las que disfrutan los valencianos todo el año os encantará, ya que no tendréis que ir muy abrigados o muy ligeros de ropa, y si paráis a tomar algo no echaréis en falta un abrigo grueso.
4. Playa y montaña
Si lo que queréis pasar un día descansando, alejados del ir y venir de la ciudad, ¡tenéis todas las opciones disponibles! Además de las diversas playas—El Saler, La Malvarrosa, Pinedo o El Perellonet, por nombrar algunas—también podéis escaparos un día al campo. Disfrutar de una escapada en la Sierra del Mondúver o visitar la Sierra del Negrete y pasar el día rodeados de naturaleza.
5. Parajes naturales
En Valencia también encontraréis algunos de los parajes naturales más hermosos del país. La Albufera de Valencia es una laguna costera de casi 24 kilómetros cuadrados donde abundan los humedales donde se planta el famoso arroz. Vislumbrar el atardecer sobre las aguas de la Albufera es una experiencia irrepetible. Pero no olvidéis visitar El Salto de la Novia, en la localidad de Navajas, o Ullals del Riu Verd, en Benimodo, ¡lugares que harán las delicias de los amantes de la naturaleza!
Pero, por supuesto, como todas las ciudades, Valencia tienen también sus cosas malas. Para evitaros sobresaltos y para que vayáis prevenidos, aquí os enumeramos solo un par de cosas no tan buenas para que las tengáis en cuenta antes de viajar:
1. Los valencianos pueden llegar a ser pesados
Y es que, ¿quién querría que lo llamasen “bonico” a todas horas cuando eres nuevo en la ciudad? Si no eres fan de la gente cálida y acogedora, Valencia no es tu ciudad, pues en la ciudad del Turia serás tratado como si te conociesen de toda la vida al poco tiempo de entablar conversación. Entre la infinidad de calificativos cariñosos con que los valencianos obsequian a propios y extraños, seguro que oiréis los famosos “bonico/a”, “perla/ perleta” o “rey/reina”, en especial de las personas de más edad. Notaréis desde el primer momento la familiaridad con la que los valencianos tratan a todo el mundo, seréis rápidamente incluidos en los planes más variopinto. Y sí, se os pegarán algunas expresiones.
2. Sus fiestas
No, por Dios, ¡fiesta en vacaciones! Valencia tiene más bares que casas. Desde el típico «Bar Manolo» con copas a 3 euros, cacahuetes (allí cacaos) y bocadillos enormes para empezar la fiesta, hasta discotecas de moda con sus DJ’s y sus reservados, pasando por sus fiestas al aire libre; en Valencia encontraréis una enorme variedad de planes y marcha diurna y nocturna. Por supuesto, sus famosas Fallas y festivales de música -como Les Arts, que tiene lugar en junio-, son su oferta más conocida, pero de verdad, probad un día a ir a uno de esos bares de barrio. Ya me contarás.
Pues ya que sabéis cuáles son las 5 mejores cosas y las 2 peores de Valencia, es el momento de hacer la maleta, sacar el billete y reservar vuestro alojamiento. Valencia, la tierra de las flores, de la luz y del amor, es un destino perfecto para disfrutar de gran cantidad de actividades, lugares que visitar y platos que probar. ¿Lo tenéis todo listo?