El ahorro… sí, esa palabra mágica que tan pronto como se pronuncia se desvanece. Esa meta lejana, difícil de alcanzar, a la que todos aspiramos y, si hablamos en un contexto de viajes, pues mucho más aún. Siempre que pensamos en viajar, lo primero que hacemos es echar cuentas de los costes que tendrán los desplazamientos y el alojamiento principalmente, pero no solemos tener presente el presupuesto que dedicamos a los gastos de comidas y cenas, aún cuando en algunos viajes esta partida del presupuesto puede llegar a representar el 30% de los gastos. Y si además viajamos en familia esto se multiplica por cada miembro…
¿Es posible ahorrar en el viaje si cambiamos algunos hábitos relacionados con las comidas y cenas?, ¿si pasarnos el viaje a pan y agua? ¡Por supuesto! Sólo se necesita un poco de planificación y adaptar el presupuesto a las necesidades del viaje y del bolsillo. Así que si tú también quieres que tus próximas vacaciones salgan un poco más baratas, toma nota de estos consejos para ahorrar en las dietas.
- Alquilar un apartamento. ¿Qué es lo más caro de viajar aparte del alojamiento y el transporte? Pues tener que pagar un restaurante todos los días para comer, cenar y desayunar… ¿no?¿Cómo podemos evitarlo? Alquilando un alojamiento que disponga de cocina propia y haciendo ahí parte de las comidas. Es evidente que estando de vacaciones probar la gastronomía local forma parte del viaje en sí, pero calcula el ahorro que podrás hacer si realizas cenas y desayunos en el apartamento. Por ejemplo, en París una comida en un bistro normalito, utilizando las famosas formules (menús) te puede costar 15€/ persona si elegís el plato único con bebida y postre, o hasta 25 o 30€ si elegís la que incluye primero, segundo, bebida y postre. Ahora multiplica por los miembros de la familia y por los días que viajáis. Da miedo, ¿verdad? Sin embargo, en cualquier supermercado de la capital francesas una compra para 4 para cenar y desayunar toda una semana no debería pasar de los 120€. ¡Todo un alivio!
- Planificar un presupuesto para dietas. Para no pasarnos el viaje gastando en compras innecesaria o yendo a más restaurantes de la cuenta, lo ideal es planificar un presupuesto para dietas antes de realizar el viaje. Somos X personas y estaremos X días, ¿cuánto dinero podemos emplear al día para comidas y cenas? ¿50 euros? ¿Menos, más…? También es importante llevar ese dinero destinado a comidas en efectivo para así tener una idea en todo momento del gasto que se va haciendo, algo que es más complicado de controlar si vas pagando con tarjeta.
- Cupones de descuento. Hay muchas empresas que ofrecen cupones de descuentos en restaurantes, así que una manera de ahorrar en vacaciones es echar un vistazo a estas webs como Grupon o El Tenedor. ¡Pero ojo! Antes de comprar el cupón comprueba el precio de ese restaurante y asegúrate de que realmente el ahorro merece la pena. También es conveniente que compruebes si cuenta con restricciones de uso (sólo para entre semana, para locales específicos, para un número concreto de comensales, etc.).
- Evita el turismo masificado. No siempre podemos elegir los días en los que nos vamos de vacaciones, pues generalmente suelen coincidir con las fechas más señaladas y en las que más personas viajan: Navidad, Semana Santa, los meses de verano… No obstante, si se tiene flexibilidad en esto, es muy recomendable jugar con la temporalidad. Por ejemplo, si queremos ir a la playa podemos elegir finales de junio o septiembre en lugar de julio o agosto, de esta manera el ahorro tanto en alojamientos como en gastos varios puede ser notable. Hay que tener en cuenta que en determinados destinos la diferencia entre un menú en temporada alta con la media puede ser del 50%. Sin embargo, si no podemos elegir fechas, es conveniente que huyamos de los lugares masificados por los turistas, evitando aquellos restaurantes a los que todos los viajeros acuden (que suelen ser donde te dan el palo). Generalmente son los que están en barrios céntricos, con bonitas vistas, cerca de los principales monumentos… perderse por la ciudad, además de ser una experiencia muy enriquecedora, puede ahorrarte un buen dinero.
- Compara restaurantes. Precisamente, dedicar algo de tiempo a comparar restaurantes, la relación calidad-precio, puede hacerte ahorrar mucho dinero. No sólo eso, sino que además podrás descubrir los mejores establecimientos en tu destino y disfrutar de una comida de 10. ¿Cómo hacerlo? Utiliza apps como TripAdvisor o FourSquare en la que los consumidores dan sus valoraciones, métete en foros o en redes sociales para conocer opiniones, pregunta a los habitantes del destino… Así podrás saber el tipo de comida que sirven, la calidad y sobre todo el precio medio de estos establecimientos.
- Atención con las bebidas. Otro de los aspectos a tener muy en cuenta cuando estamos fuera de casa es el gasto que hacemos en bebidas. Como te decíamos anteriormente, lo ideal es llevar tus propias botellas si vas a viajar en coche, o comprarlas en el supermercado una vez estés allí. Los bares y restaurantes suelen poner precios muy altos a las bebidas, así que cuando comas o cenes fuera, presta atención. En lugares como Francia, es común pedir un vaso de agua y te suelen poner una jarra gratis.
- Cuidado con los costes extra. También hay que tener en cuenta los costes extra que surgen cuando comemos o cenamos fuera de casa, por ejemplo, la propina. Aunque en España no está mal visto no dejarla, hay que pensar que la costumbre puede variar según en qué país te encuentres. Por ejemplo, en países como México, EE.UU o Inglaterra la propina suele ir incluida en el precio final de la comida. También debes prestar atención a otros gastos que se añaden al final de la cuenta como puede ser comer en la terraza en lugar de en el interior del local o el consumo de pan.
¿Se te ocurren más ideas para ahorrar en comidas y cenas? Ya sabes, tus próximas vacaciones pueden ser mucho más baratas si reservas tu alojamiento con cocina, si planificas el presupuesto y los restaurantes que vas a visitar o si evitas los lugares más turísticos.