¿Cómo evitar la estafa a turistas?
A todos nos encanta visitar y descubrir lugares nuevos. Preparar una salida hacia el destino elegido es emocionante en la medida en que tenemos que preparar rutas, buscar alojamiento, elegir los puntos de interés… y una vez en el lugar ponemos en marcha todos los planes que llevamos semanas o meses organizando. Es por ello que viajar es una de las experiencias más divertidas y gratificantes. Sin embargo, un tema como la estafa a turistas, puede hacer que nuestras buenas vivencias se vean empañadas.
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Estafa a turistas: conoce los 5 timos más frecuentes
Antes de partir hacia nuestro lugar de vacaciones debemos informarnos bien, en cualquier de las guías que encontraréis, sobre la delincuencia en esa zona, concretamente sobre los actos que cometen timadores y carteristas, así como en los sitios en los que son más activos. Estar atentos e ir sobre aviso nos ayudará a prevenir estos malos ratos.
Para intentar evitar que los turistas se conviertan en víctimas de estas desagradables prácticas, hemos recopilado los 5 fraudes más comunes que los timadores suelen hacer a los incautos viajeros, ¡permanece atento!
Copia de la tarjeta de crédito
Sucede cuando realizas un pago con tarjeta de crédito y un pirata informático (o el mismo cajero, que le puede hacer fotos a la tarjeta) te la duplica y la usa para sacar dinero o pagar grandes cantidades, por lo que la pérdida puede ascender hasta los miles de euros; todo depende del tipo de tarjeta que tengas y de la cantidad que dispongas. Una opción para evitarla sería pagar en efectivo siempre que se pueda y asegurarse de estar comprando en cajeros seguros y en comercios legales. Otra opción para prevenir esta estafa pasaría por utilizar una tarjeta monedero (se recarga solamente cuando se vaya a pagar) o asociada a una cuenta bancaria con poco dinero. Ciertamente esta estafa puede ocurrirte aunque no estés viajando, pero siempre va a ser más complicado denunciar el robo y recuperar la cantidad que has perdido si te ha ocurrido fuera de tus fronteras.
Cazadores de clientes
La situación es la siguiente: unos turistas salen a conocer la zona de ocio nocturno y una vez allí se les acercan de muy buenas maneras un par de personas que hacen de «gancho». Estas personas les insisten en entrar a un determinado local (que realmente es de su jefe) hablando bien de este. Cuando entran todos juntos, piden unas copas sin decir el precio y animan a los turistas a que pidan más. Pasado el rato las personas «gancho» desaparecen y el regente del bar entrega la cuenta a los turistas, que ven que es desorbitada. Cuando se niegan a pagar ese precio son amenazados por los gorilas del local, que están implicados en la estafa.
Prevenir este tipo de situaciones es fácil, basta con no confiar en lo que te digan desconocidos sobre las maravillas de entrar a un sitio o a otro, ni pedir platos o copas antes de conocer la cuantía.
La cartera extraviada
El turista va caminando y se encuentra con una cartera en el suelo. Como acto reflejo, lleva la mano al bolsillo o al lugar donde guarda la suya para asegurarse de que sigue ahí. Un carterista, que se encuentra cerca y atento a sus movimientos, se fijará dónde tiene su monedero. Si ve que está fácil de coger, seguirá al turista unas cuantas calles y el momento de mayor aglomeración o distracción, robará la cartera al viajero.
La solución a esta estafa a turistas pasa por estar atento y prevenido. En lugares turísticos con mucha afluencia de gente deberemos guardar a buen recaudo nuestras pertenencias más valiosas, como son la cartera, el móvil, la cámara de fotos… Podemos transportarlas en algún bolsillo interior de la chaqueta o en un bolso que llevemos cruzado delante. Mucho ojo con llevarlas en el bolsillo trasero del pantalón o en una mochila a la espalda.
Ruedas pinchadas en coches de alquiler
En muchos países, los coches de alquiler suelen estar señalizados como tal, por lo que son fácilmente distinguibles. Los timadores están atentos a estos coches, pues saben que están conducidos por turistas y que estos son una víctima fácil. En un momento en que el vehículo esté parado, podrán pinchar una rueda. Pasado un rato, sin haber perdido el coche de vista, se acercarán a ofrecer ayuda al turista para cambiar el neumático, alegando que pertenecen a algún taller o simplemente «demostrando» buena voluntad. Mientras uno o dos de los estafadores ayuda al viajero y lo distraen con el cambio de rueda, otro registrará el interior del vehículo en busca de objetos valiosos o mochilas llenas. Al acabar, es posible que también exijan un pago por la «ayuda» recibida.
Piedras preciosas pero falsas
Un clásico. Puede suceder en plena calle pero es más común que pase dentro de algún local o tienda, al que el turista habrá llegado seguramente por recomendación de un cómplice. El viajero está, por ejemplo, tomando algo en la mesa de un bar. En un momento dado un desconocido muy amable se le acerca y empieza a contarle falsas maravillas sobre cómo consigue diamantes, piedras preciosas, oro o joyas a un precio exageradamente barato. Prometiendo que en el país de origen el turista va a poder vender esos materiales mucho más caros y a sacarse un buen beneficio, el timador querrá venderle su merancía (allí mismo o enviando al viajero a una tienda de su cómplice).
Aunque la mercancía que te muestren tenga aspecto de auténtica por su color, brillo o forma, no se debe caer bajo ningún concepto, pues es falsa, no se trata de metales ni piedras preciosas.
Estafa en el alquiler vacacional
Otro timo muy frecuente y por el que se han visto afectados multitud de viajeros en los últimos años es el engaño a la hora de reservar un alojamiento turístico. Existen muchas plataformas que ofertan este tipo de apartamentos o casas y que trabajan únicamente con propietarios particulares, por lo que no llevan ningún control sobre las viviendas. Puede darse el caso de que una persona elija su piso de vacaciones en base a las fotografías que ve en la página web, abone la cantidad estipulada y al llegar al destino ese apartamento no exista o no corresponda con las imágenes y la descripción. También puede ser que el propietario o el falso propietario, una vez haya recibido el pago, desaparezca sin dejar rastro y el cliente pierda su dinero.
Esta estafa podría evitarse alquilando alojamientos únicamente en plataformas que oferten propiedades gestionadas por profesionales y de carácter legal.
Ya conocéis 5 de los timos más comunes de los que suelen ser víctima los turistas. Sin embargo, hay muchos más y cada año se conocen nuevos, pues las personas como los estafadores o timadores están en continua búsqueda de nuevas técnicas. La mejores defensa es ir prevenidos y no fiarse de comentarios que nos suenen extraños, como siempre se ha dicho: nadie da duros a 4 pesetas.