Peñíscola es una pequeña localidad costera situada en la provincia de Castellón, bañada por el Mediterráneo y coronada por una imponente peña que le da nombre al municipio. Además, es uno de los destinos más visitados tanto por españoles como por extranjeros, ya sea verano o durante el resto del año, pues sus temperaturas invitan a conocerlo sin importar la fecha en la que nos encontremos. Es, asimismo, considerado uno de los pueblos con mayor encanto de toda la Comunidad Valenciana.
¿Quieres saber qué tiene de especial esta localidad mediterránea? ¡Pues sigue leyendo y descubre nuestras sugerencias para sacarle el máximo partido a tu escapada de fin de semana a Peñíscola!
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Visitar Peñíscola de noche
Si vas a estar un fin de semana en esta bonita localidad de Castellón, lo más probable es que llegues el viernes por la tarde. ¡Pero tranquilo! Si crees que no podrás aprovechar lo que queda de día te equivocas, porque uno de los encantos de Peñíscola es recorrer las calles del casco antiguo durante el anochecer. Es muy fácil ubicar donde está la parte más antigua, ya que se sitúa a los pies del castillo y éste es visible desde cualquier punto de la costa. Nada más acceder a la plaza principal, te recomendamos girar hacia la izquierda para comenzar a subir y tener las primeras vistas de la localidad. Aquí tendrás una bonita panorámica de Peñíscola iluminada, con el largo paseo marítimo alumbrado y el Mediterráneo bañando la orilla.
Lo mejor es no punto lo mejor es no tener un rumbo fijo, pasea, recorre sus calles de piedras, contempla desde el exterior el castillo iluminado y después elige uno de los muchos barecitos o restaurantes que hay por esta zona. Una bebida fresquita, unas tapas… tú sólo elige por cuál de los numerosos locales quieres empezar y prepárate para disfrutar de tu primera noche en Peñíscola. Y si viajas con amigos y quieres continuar la fiesta podrás hacerlo en cualquiera de sus discotecas y locales nocturnos, abiertos hasta altas horas.
¿Qué ver en Peñíscola?
Tanto si hace sol como si el tiempo no acompaña demasiado, te recomendamos comenzar el sábado con una visita a las playas de Peñíscola. ¿A cúal? Pues dependiendo de en qué zona hayas alquilado tu alojamiento te recomendamos que optes por la más cercana ya que todas son perfectas para disfrutar del Mediterráneo: la playa Norte, la de Irta, la de Basseta, la de la Petxina, del Pebret, la de Torrenova… Todas tienen en común que son de arena fina y dorada, un mar tranquilo y cálido perfecto para recorrer su orilla y un gran paseo marítimo donde encontrarás todo tipo de comercios.
Llega la hora de comer y la oferta es de lo más variada, nuestra recomendación es sin duda cualquier restaurante con vistas al mar o, en su defecto, en el casco antiguo de la localidad cerca del castillo. ¿Por qué? Porque uno de los lugares imprescindibles para ver en Peñíscola es el Castillo del Papa Luna. Esta fortaleza fue construida por los Templarios en el siglo XIV aprovechando una antigua alcazaba musulmana. Hoy en día es todo un símbolo de la ciudad, el lugar desde el cuál tendréis las mejores vistas al estar situado en la zona más alta y por supuesto, uno de los lugares más fotografiados de todo el pueblo. Después, os animamos a visitar las tres entradas que daban acceso a la zona amurallada: la Puerta de Sant Pere, el Portal Fosc y la Puerta de Santa María. A lo largo de este recorrido os sentiréis como si retrocedierais en el tiempo hasta la Edad Media, ¡os encantará!
¿Crees que ya está todo visto? ¡En absoluto! Antes de que se vaya el sol quedan muchos otros rincones por conocer. Uno de nuestros favoritos es la Casa de las Conchas, donde encontraréis una fachada repleta de conchas de todos los tamaños, tipos y colores posibles… ¡es preciosa! Tampoco podéis dejar de visitar el Faro de Peñíscola, uno de los lugares más famosos de la mítica película ‘Calabuch’. Y hablando de rodajes… ¿Sabías que en Peñíscola se han llevado a cabo rodajes de todo tipo de películas y anuncios? Por supuesto una de las más sonadas fue la grabación de la serie estadounidense ‘Juego de Tronos’, así que si eres fan de ella, no puedes acabar el fin de semana sin fijarte en cada detalle de la zona fortificada.
Naturaleza en Peñíscola
Durante tus últimas horas en Peñíscola puedes elegir entre varias opciones, todas ellas relacionadas con la naturaleza de la localidad. Para ello, nada mejor que visitar el Museo del Mar en el que conocerás todos los secretos del Mediterráneo que baña la Costa del Azahar. Pero también te invitamos a conocer el Marjal de Peñíscola, un gran humedal que se aleja de la zona más turística y urbanizada de la localidad, para disfrutar de la fauna y flora autóctona con los cinco sentidos. Y si tienes tiempo, nada como a adentrarte en la Sierra de Irta donde podrás disfrutar de calas, acantilados, senderos para hacer a pie o en bicicleta y conocer otro de los monumentos históricos que no debes perderte: el Castillo de Xivert.
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El broche final se debe poner delante de una mesa, y es que en Peñíscola podrás disfrutar de una gastronomía valenciana orientada al mar fundamentalmente, donde pescados, mariscos y arroces son los protagonistas. En cualquiera de sus numerosos restaurantes podrás pedir una clásica una paella pero en esta región cualquier tipo de arroz merece la pena ser probado (arroz negro, caldoso, al senyoret, etc.). Y antes de volver a casa, para despedir este increíble fin de semana en Peñíscola no hay nada mejor que recorrer la Avenida del Papa Luna, donde podrás decir adiós a esta ciudad mágica a la orilla del mar y donde seguro querrás regresar algún día.
¿Cuándo es mejor viajar a Peñíscola? ¡En cualquier época del año! Al disfrutar de un clima mediterráneo con temperaturas suaves los inviernos aquí son más templados y soleados que en muchas otras zonas del país. En verano, sin embargo, es cuando más turistas visitan el municipio aunque también es cuando el ambiente, las opciones de ocio y las actividades se multiplican. En definitiva, cualquier fin de semana es la ocasión perfecta para conocer uno de los destinos más bonitos del Levante: Peñíscola.