Si tienes pensado hacer un viaje a Sicilia, uno de tus imprescindibles debe ser la capital de la isla, Palermo. Es una de las ciudades más interesantes de Italia para visitar por la gran variedad de monumentos que ofrece a los turistas, así como la historia que se esconde tras ellos. Diferentes culturas han dejado su huella con el paso de los siglos y por eso es uno de los destinos donde conocer de primera mano el patrimonio siciliano. Hoy queremos hacer un viaje en el tiempo y recorrer los principales acontecimientos que, a lo largo de la historia, han tenido lugar en Palermo. ¿Quiénes habitaron en la isla? ¿Qué influencias nos dejaron? Vamos a hacer un recorrido cronológico para conocer la historia de Palermo.
Orígenes de Palermo
En el monte Pellegrino, concretamente en el interior de la cueva de Addaura, se encontraron pinturas rupestres que pertenecen a la época del Paleolítico y el Mesolítico. Sin embargo, fue el pueblo de los fenicios el primero en establecer un asentamiento humano en la isla. Palermo fue fundada por ellos en el siglo VIII a.C. con el nombre de ‘Ziz’, que significa flor, y después con el de ‘Mabbonath’, que se traduciría como ciudad habitada. Más tarde llegaron los cartagineses, a los que se les atribuye el desarrollo de la ciudad gracias a sus avances e incorporaciones.
Y, como en todas las ciudades importantes bañadas por el Mediterráneo, tanto griegos como romanos dejaron en Palermo su huella e influencia. Primero estuvo en la isla el pueblo griego, entre los siglos VIII y VI a.C. La renombró ‘Panormos’, que significa puerto fluvial. En el año 254 a.C. los romanos conquistaron la ciudad y cambiaron su nombre por el de ‘Panormus’. La habitaron durante varios siglos e introdujeron el cristianismo en la isla, que fue aceptado por los habitantes y quedó marcado tanto en la historia como en la cultura. Si visitas Palermo, podrás apreciar que la mayoría de monumentos que se conservan son de culto cristiano.
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Recorrido por la ciudad medieval
Tras la caída del Imperio Romano, la ciudad de Palermo fue conquistada por diferentes pueblos. Todos fueron influyentes: primero los vándalos; luego, en el siglo V, los bizantinos y más tarde, entre los siglos, IX y X los árabes. En esta etapa árabe, Palermo llegó a ser la capital del emirato de Sicilia, acogiendo a numerosos musulmanes de origen árabe. Los años pasaron y se sucedieron algunas guerras entre estos, los bereberes y los cristianos hasta que, a mediados del siglo X, Hasan al Kalbi estableció la paz y comenzó el esplendor de la ciudad. Se mejoró la economía de Palermo, se desarrolló la artesanía y la actividad comercial y se impulsó la agricultura.
Con el dinero que iba generando la ciudad se pudieron levantar algunas obras públicas, como las mezquitas, palacios, jardines o la ampliación del puerto. Palermo estaba creciendo cultural y demográficamente. Muchos comerciantes quisieron establecerse aquí y otros habitantes de Sicilia también migraron a la capital de la isla. En consecuencia, se formaron de nuevos barrios en los que habitaban también judíos y cristianos, y se construyó una nueva muralla.
La paz se vio interrumpida por los normandos, que atacaron Palermo en varias ocasiones hasta que, a finales del siglo XI, se hicieron con el poder. Durante un tiempo, Palermo fue considerada la capital del Imperio Romano Germánico hasta que, en el siglo XIII, pasó a serlo Nápoles y comenzó la decadencia de la ciudad siciliana.
Dominio español de la ciudad
Los españoles llegaron a Palermo y encontraron una ciudad que había perdido todo el esplendor del que gozaba siglos atrás. En un principio contaba con 30 mil habitantes, pero se fue ampliando poco a poco su población, a pesar del azote de la Peste Negra, que asoló todo el país. También fue creciendo culturalmente; se crearon nuevos monumentos -muchos de estilo barroco- y los Borbones unificaron la isla con el Reino de Nápoles. Con la llegada del siglo XX, Palermo siguió expandiéndose geográficamente y construyendo algunos de los edificios que podemos ver hoy en día: el Grand Hotel, villas de estilo Art Nouveau, el Teatro Massimo… Pero tuvo que hacer frente a dos nuevos problemas: la II Guerra Mundial y la mafia. Hasta finales del siglo pasado, esta última fue la principal causa de muertes y asesinatos a policías y funcionarios.
Cómo es Palermo en la actualidad
La capital de Sicilia es hoy en día una ciudad tranquila, apacible y con una gran cantidad de atractivos turísticos. Es la ciudad más grande de la isla, con unos 800 mil habitantes, y casi un millón si contamos las zonas de la periferia. Debido a su volumen es, además, uno de los destinos más turísticos del sur de Italia. Se encuentra ubicada al norte del territorio siciliano y es perfecta para tomarla como punto de partida si se quiere visitar otros rincones de la isla, ya que está muy bien comunicada.
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La catedral de Palermo, el Palacio de Zisa, San Giovanni degli Eremiti o la Cappella Palatina son algunos de los monumentos incluidos como Patrimonio de la Humanidad del conjunto Palermo árabe-normando.
Se trata, por lo tanto, de una ciudad con una interesante historia que contarnos, así como nutrida de diversas influencias que podemos apreciar hoy en día en su variado patrimonio. También cuenta con las opciones de ocio y cultura que todo turistas busca en sus vacaciones. Disfruta de tu estancia en Sicilia y enamórate de la magia de Palermo.